#SerieLittleFalls1
Me llamo Holly Gibbons y soy la hija del dueño de la compañía aérea GBS Airlines. Debería estar aprovechando mis años en Yale para prepararme para el futuro, pero ¿en serio alguien piensa que voy a preocuparme por estudiar cuando voy a heredar una fortuna? El problema es que el pesado de mi padre se enfadó cuando descubrió que en vez de ir a clase estaba todo el día de fiesta, y me ha mandado a Little Falls, Arkansas, el pueblo donde nació, a casa de mi tía Molly, obligándome a trabajar en su rancho. ¡Pero no me conoce si cree que puede retenerme allí! Aunque lo de quitarme las tarjetas de crédito y dejarme sin dinero es un golpe bajo…
Me llamo Clark Barrett y vivo en una caravana en Little Falls. Me hubiera encantado ir a la universidad y estudiar Ingeniería aeronáutica, pero es un sueño imposible, porque desde que mi madre nos abandonó soy el cabeza de familia. Trabajo desde los catorce años en el rancho de Molly y Adam para pagar las facturas y las deudas. La vida me obligó a valerme por mí mismo muy pronto, y no me quejo. Soy muy curioso, y me apasionan los manuales de mecánica. Hace dos años, Adam me regaló un libro electrónico con un centenar de manuales diferentes. Es mi bien más preciado. Leo a todas horas, incluso cuando estoy caminando. Aunque, después de chocar con esa estirada de Holly Gibbons, no sé si volveré a hacerlo sin fijarme por dónde piso.
Me llamo Dinah Barrett y llevo toda mi vida enamorada de Jack, pero él no me hace ni caso y prefiere tener aventuras con cualquier otra chica de nuestro pueblo, Little Falls, Arkansas, antes que conmigo. Justo en la fiesta en la que decido olvidarle de una vez por todas y lanzarme a los brazos de otro mientras supero un pasado que me atormenta y llevo años manteniendo en secreto, Holly, mi futura cuñada, aparece con su hermano Troy. Al verle, mi cuerpo se amotina y decide con quién acabaré la noche… Aunque quizá debería pensármelo mejor… Troy es quien me está ayudando a llevar a cabo mi sueño: reabrir la bolera del pueblo.
Me llamo Troy Gibbons y odio al capullo de mi padre, Luther Gibbons, el hombre que me ha destrozado la existencia durante demasiado tiempo. ¡Si incluso amenazó con meterme en la cárcel! Por eso hui tiempo atrás, pero ahora he comprado una casa en Little Falls, cerca de mi hermana Holly, y voy a firmar un contrato con los Barrett para invertir en un negocio muy motivador mientras dejo atrás el miedo y la amargura y construyo una mejor versión de mí mismo.
#SerieLittleFalls2
#SerieLittleFalls3
Me llamo Jack Gates y soy un auténtico idiota. Así, con todas las letras. Yo iba por la vida pisando fuerte, creyéndome capaz de conservarlo todo, y ahora no tengo nada, porque mi chica de siempre se acaba de casar con otro, harta de esperarme, de que sentara la cabeza. Necesito olvidarla, superarlo de una vez por todas y seguir con mi vida. Y es en este momento cuando Zoey se ha cruzado en mi camino. Su cuerpo rezuma sexo, y no busca nada serio, solo pasarlo bien.
Me llamo Zoey Perrins, tengo una licenciatura en Ingeniería Informática, pero no doy el perfil de una de esas hackers de las pelis. Mi problema es que mi pasado acaba de reaparecer como una pesadilla. Por eso he decidido quedarme en Little Falls una temporada. Con lo que no contaba era con que Jack se cruzara en mi camino: rubio, ojos azules, cuerpazo espectacular y sonrisa cautivadora. Imposible resistirse…
Me llamo Kim Gates y estoy hasta las narices de ver cómo mi ex es feliz con su mujer. Si ella no hubiera aparecido, yo habría tomado mejores decisiones y no estaría de regreso a Little Falls hecha polvo. Lo único que me faltaba eran los recurrentes sueños eróticos con el dueño del club de swingers llamado Hell’s, al que conocí por casualidad en la despedida de soltera de mi cuñada. Su nombre es Devil, y le va que ni pintado porque se ha colado en mi cabeza para sumirme en un infierno personal, el del deseo perverso.
Mi nombre verdadero no importa, porque lo dejé atrás, junto a mi pasado, ese que me rompió hasta obligarme a reconstruir mi corazón a cachitos. Me convertí en Devil, el dueño del infierno, un club dual llamado Hell’s, con una zona swinger y otra especializada en fiestas privadas subiditas de tono. Gano más pasta de la que puedo gastar, soy despiadado, exigente y muy activo con las mujeres. Aunque la mayoría parece obsesionada en buscar algo más que sexo, como si fueran capaces de llegar a mi corazón. Y eso no va a suceder nunca.